Hospitales conlleva un gesto de santidad ante la locura y, al mismo
tiempo, pertenece al registro de los textos que exponen como fundamento de
verdad la narración de una experiencia que se intenta recuperar en gestos
mínimos, en momentos congelados, en sonidos apagados.
De alguna manera, en Hospitales surge la pregunta acerca de
cómo narrar la locura en su propio espacio. El texto parece respondernos que
solo desde la poesía se puede cerrar la apuesta.
¿Ensayos? 1963, y ahora 2013. Tránsitos,
gustos, identificaciones, posiblemente influencias. Del cine a la literatura.
De Boedo a Calabria y de Calabria a Villa Urquiza, y ahora de nuevo en Almagro.
Los autores amados: Pratolini, Di Benedetto, Visconti, Chaplin, Monteverdi,
Mahler, Gramsci, Gadda: contaminaciones. La lección ética de Néstor Sánchez.
Interrogantes, dudas, siempre. Proyectos, acaso algún otro libro.
todavía la casa con antena es una dirección escrita
en un cuaderno que se irá llenando de a poco con
nombres, causas, legajos enterrados y pasillos y manzanas
todavía la gente entra y sale con bolsas de mandados
madres hermanas tías abuelas cruzan el zanjón
temprano cuando los amanecidos ocultos en la quemazón
todavía el olor a bosta se adensa en el calor
que la noche no dejó escapar del sermón memorioso
bajo las chapas cada gato deja caer sus pelos en collage.
Había una
música
despoblando
la montura
del diablo.